Miguel Barreda: "Mi interés en la creación audiovisual esta dirigida a la construcción de imágenes poéticas"
Por Angie Enciso
Un breve repaso por el trabajo de Miguel Barreda, cineasta arequipeño y director de la obra Febro, el Poeta que se presenta este mes en el FAE LIMA 2021.
Este año el Festival de Artes Escénicas de Lima - FAE 2021 presentará a una de las más destacadas obras del autor Marcelo Martínez Gómez, fallecido en 2015. Esta sería también la primera obra de Arequipa en posicionarse dentro del festival, es así que Febro, el Poeta nos introduce al mundo de un personaje marginal, poético como su nombre mismo, que invita a reflexionar al público.
El actor Renato Ramírez encarna a un nuevo Febro y nos sumerge en la travesía del mundo interno de un ser tan humano como sensible. En Ardid Cultural tuvimos la oportunidad de conversar con el director de la obra, Miguel Barreda, quien lleva casi 20 años de trayectoria y cuenta con 4 largometrajes en su haber.
Miguel, mencionas que tu oficio de casa es el cine, ¿Cómo pasas de dirigir un proyecto cinematográfico a una obra teatral?
Desde el 2007 dirijo obras de teatro, y en realidad, fue Renato Ramírez quien me convocó, él fue mi alumno en el Conservatorio de Artes Escénicas en la Universidad La Salle de Arequipa y su idea era reponer esta obra. Hace años realicé este monólogo junto a Reynaldo Delgado, uno de los puntales de la escena teatral arequipeña hasta que falleció en 2018 tras 50 años de trayectoria teatral. Bueno, desde un principio le comenté a Renato lo mucho que importaba para mi aprovechar la distancia para la puesta en escena y así utilizar elementos audiovisuales como parte del montaje, desde la escenografía hasta la utilería, todo tiene un lenguaje simbólico. En cada función queríamos mantener el ímpetu teatral, por eso decidimos que las transmisiones fueran en vivo y no grabadas, de esa manera la cámara es un personaje más.
Exactamente, la cámara se convierte en un factor clave de la puesta. Coméntanos ¿Cuánto tiempo tomó procesar la idea del montaje?
Mis conversaciones con Renato comenzaron a distancia desde agosto del año pasado, después de aproximadamente tres semanas nos dimos cuenta de cómo queríamos montar la obra. Él ofreció su casa y la obra nació en ese espacio. En el camino pudimos observar que el personaje y el texto tienen un carácter simbólico muy fuerte, por eso no podían tener una escenografía naturalista, la imaginación debía ser el centro en el que transcurra la historia como objeto concreto.
Es así que convocamos a Susana Bouroncle, artista arequipeña y directora de arte, con ella llegamos a la conclusión de que el personaje tenía que vivir en un espacio simbólico que tuviera la característica de una cueva, el diseño de la escenografía estuvo a su cargo y parecía sacada de una película expresionista, con los elementos lumínicos se logró esa perspectiva y el fondo le otorgó una personalidad propia, utilizamos una paleta de colores con un verde predominante y azul, los cuales descubrimos que le sentaban al personaje.
¿Qué criterios estéticos emplearon?
La incomodidad y la distorsión, en base a ellos se construyó el personaje y la propuesta visual, se trataba de generar una atmósfera de irritación, pero que a su vez permita que el público pueda soportar a lo largo de la función. En eso coincidimos con Harold Núñez, encargado de arte gráfico y animación, y Luis Ponce, operador de cámara, pues la paleta con el verde preponderante puede generar extrañeza, más no cansa ni irrita.
Otro criterio a considerar es el de la voz de Febro, esa fue la base de la construcción del personaje y luego tallamos en los elementos técnicos. El encargado de sonido, Fernando Bedoya, propuso ecualizar la voz de tal manera que le transmita al espectador que efectivamente está dentro de una cueva, continuamos experimentando con elementos adicionales para completar la atmósfera y dimos con un leitmotiv sonoro.
En una charla mencionaste que antes de ser cineasta querías ser poeta ¿Sientes que encuentras algunas conexiones entre Febro y tú?
Considero que el texto es uno de los principales valores de Febro, tiene la vigencia de una crítica ácida hacia una sociedad que cree que genera el bien, pero de manera perversa al dañar a sus individuos y marginar a otros. Ahora, antes de dedicarme a lo audiovisual hice una incursión en la literatura, escribiendo poesía y prosas cortas, en cuanto a mi actitud poética hacia un contenido. Mi interés en la creación de una obra audiovisual no va ligada hacia lo narrativo, sino a la construcción de imágenes poéticas.
Soy un cineasta al que le interesan los momentos, me atraen más los ritmos de las estructuras, tengo obras que no son nada narrativas sino de un contenido más visceral y contemplativo. Como artista, uno se identifica con Febro porque, a su manera, es un artista al que no le interesa la fama, en eso coincido mucho con el personaje, es un poeta al que no le interesa si quiera escribir poemas, es solo su actitud poética ante la vida.
Debido a la pandemia uno de los sectores más afectados ha sido el artístico-cultural ¿Qué reflexión tienes al respecto?
La cultura es una industria que sostiene a muchísima gente que trabaja en el desarrollo, producción y ejecución de espectáculos. Por otra parte, nos hemos dado cuenta de que esta situación ha provocado que muchos recurran a contenidos culturales de manera desaforada los últimos 12 meses, las pantallas se han convertido en nuestro nuevo acceso a la literatura, la música, el teatro, artes visuales y artes plásticas. La experiencia de este suceso nos ha demostrado que los bienes culturales pueden ayudarnos a sobrellevar momentos de angustia, presión y mucha incertidumbre.
En línea a lo que dices, sabemos que en el país existen limitaciones respecto al apoyo de proyectos audiovisuales, sin embargo, esto no ha paralizado a muchos jóvenes que siguen creando ¿Qué genera esto en ti?
Antes se decía que el cine iba a dejar de existir en el año 2000, parecía una locura, pero ahora muchos jóvenes están aprovechando las nuevas herramientas y generando lenguajes, sin tener la necesidad de ser audiovisuales de formación, lo que muestra que han desarrollado la capacidad para expresar sus ideas de manera inmediata y directa. Por otro lado, aunque muchos se quieren dedicar al oficio audiovisual no encuentran cómo ni donde formarse, obviamente esto debido a la carencia de una Escuela Pública de Cine en el Perú, esta es una tarea pendiente junto a la creación de una Cineteca Nacional que archive y organice toda nuestra memoria audiovisual.
Para finalizar, en la industria nacional del cine eres un referente y un agente de formación para las nuevas generaciones ¿Qué enseñanza tratas de dejar en tus alumnos?
¡Qué responsabilidad! (risas) trato en la medida de lo posible de no instaurar ni impartir un dogma, porque para mí no existen, en la expresión artística la primera regla es que no hay reglas, porque de ahí nace el espíritu inquieto. Me encanta la actividad docente, aprendo un montón, en varios talleres me he dado cuenta de que el método no puede ser el mismo para todos, cada uno tiene un criterio, una forma de ser, de trabajar que no puede ser absorbida. Lo importante es mantener el espíritu abierto, receptivo y un afán por descubrir.
¿Tiene algunas palabras finales para el público de Ardid Cultural?
Agradezco mucho a quienes llegaron hasta la parte de esta entrevista (risas) y los invito con mucho cariño a que vean Febro el Poeta en el FAE LIMA 2021 este 5 y 12 de marzo. La propuesta es sumamente atractiva desde lo formal y muy conmovedora en su contenido. ¡Hasta pronto!
¡Muchas gracias!
¡A ustedes!